Arranca este mes el proyecto URBAN AIR, cuyo objetivo es fomentar la movilidad sostenible en el entorno urbano con un foco especial en las ciudades universitarias. El vehículo elegido es la bicicleta eléctrica recargada con energía fotovoltáica. Para ello, se han elegido como demostradores la ciudad española de Valladolid y la portuguesa de Covilhã.
España y Portugal son los países europeos con un recurso solar más alto, y por un pico de potencia fotovoltaica instalada de 1 kW, es posible producir alrededor de 1.360 kWh y 1.650 kWh anuales en el norte y en el sur respectivamente. Covilhã está situado en el centro de Portugal, y por lo tanto la energía disponible estaría entre estos dos límites, lo que es interesante para la producción de energía fotovoltaica.
La primera es el diseño de un plan piloto de movilidad sostenible basado en un sistema de préstamo de bicicletas 4.0 para toda la comunidad universitaria de la Universidad de Valladolid. Este sistema permitirá dejar las bicicletas en cualquier punto dentro de una zona georreferenciada. Para ello, las bicicletas estarán provistas de un dispositivo de geoposicionamiento a bordo con funcionalidades antirrobo integradas. Los usuarios podrán localizar las bicicletas mediante una app instalada en su smartphone que además les permitirá desbloquearlas para su uso y conocer la disponibilidad de bicicletas en el área definida.
Este sistema de préstamo comenzará con 50 bicicletas eléctricas, que serán recargadas por una estructura de generación de energía fotovoltaica con gestión inteligente de carga. Los usuarios gestionarán el préstamo a través de su smartphone que, a su vez, les enviará datos de carga, ahorro de emisiones, impacto ambiental, etc.
Se desarrollará un sistema de captura y análisis de información relativa al uso de los distintos métodos de transporte en general y de las bicicletas objeto del proyecto de movilidad sostenible en particular.
A través de este estudio, se podrá estimar el ahorro en emisiones que el uso de una conducta sostenible puede tener tanto a nivel particular (un usuario) como a nivel del conjunto de usuarios que deseen participar.
Para comprobar el impacto real del uso de estos vehículos, se instalará una red de sensores inteligentes, desarrollados por CARTIF, que tendrán la función de recopilar todos los datos de medida de contaminación y asociarlos a la posición para ser analizados y tomar las medidas oportunas. El uso de sensores móviles permitirá tener un registro de estos valores de forma espacial, mediante sensores GPS.
Estos datos se integrarán en un repositorio OpenData que servirá, junto con otros indicadores, para monitorizar la ciudad y ofrecer soluciones a los problemas de contaminación atmosférica.
El consorcio de este proyecto transfronterizo lo forman la Universidad de Valladolid, CARTIF, GMV, el Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN), la Agência Regional de Energia e Ambiente do Centro, laUniversidade da Beira Interior (UBI) y ENFORCE - Engenharia da Energia, S.A.
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